Partimos temprano de Talca, llegamos a Vilches a las 9:30 mas o menos, preparamos el equipo y al rededor de las 10:15 salimos, caminamos por ese hermoso camino, que con nieve es un espectáculo a los sentidos, el blanco de la nieve y el verde del bosque maulino hace que uno creyera que está en el cielo.
Esteban, Tania y el autor.
Ésta vez, como variación a muchas salidas anteriores, no seguimos el camino clásico hacia los refugios de conaf, sino que bajamos hacia la quebrada, donde nos empezamos a internar en un hermoso bosque de coigües y uno que otro ñirre loco y perdido.
Vista del Peine.
Parada cuando la sed agobia
Vista del Peine.
Bajando por la quebrada, la lógica nos guía a suponer que abajo debería haber un estero, efectivamente estábamos en lo cierto, pero el bonus era que como había mucha nieve en las partes altas y el sol picaba como condenado, éste estaba mucho mas crecido de lo previsto y nos vimos en la disyuntiva de: "mmm, crucemos saltando de piedra en piedra" o "mejor me saco los zapatos y cruzo a pata pelada", pero la flojera fue más para algunos y se arriesgaron a cruzar de piedra en piedra. Esteban "Cholweta" Navarrete fue el primero en intentarlo con éxito, lo sigue Tania y el último es mi compadre Gabriel, quién por culpa de un poco de musgo en una piedra, se estrella contra el muro del fracaso y cae al río gélido.
Yo opté por la solución mas espartana....cruzar sin zapatos, más doloroso pero más reconfortante y seguro.
Cholgueta recibiendo una mochila
Yo opté por la solución mas espartana....cruzar sin zapatos, más doloroso pero más reconfortante y seguro.
Superada ésta etapa volvimos a subir el cerro en dirección al objetivo, pasando por un campo privado, el cual al encontrarse en exposición sur, tenía la nieve intacta, y con el nivel de profundidad suficiente como para poner a prueba las condiciones físicas de cualquier deportista.
Superada la subida, un hermoso bosque invernal.
Peine desde nuestro bosque cautivo.
Uno de los cuernos
(© Tania Diaz 2009)
Superada la subida, un hermoso bosque invernal.
Peine desde nuestro bosque cautivo.
Luego de perder la huella por un momento por la nieve, logramos llegar a nuestro primer campamento, un corral de arrieros en medio del bosque, a los pies del Tres cuernos.
Uno de los cuernos
(© Tania Diaz 2009)
Al darnos cuenta de que por tiempo era muy difícil seguir, ya que se iba a oscurecer cuando estuviéramos a los pies del cerro (Salsipodís), lugar cuyo nombre lo dice todo, decidimos, desistir y cambiar el objetivo, el Enladrillado. Por lo que íbamos a pasar la noche ahí, y al otro día proseguir hasta el cruce del Valle del venado, donde alojaríamos nuevamente para la mañana siguiente subir y disfrutar de un hermoso paisaje.
El resto de la tarde lo dedicamos a comer, descansar y Tania y Esteban, a escalar un poco. Por prudencia, me mantuve al margen.
El resto de la tarde lo dedicamos a comer, descansar y Tania y Esteban, a escalar un poco. Por prudencia, me mantuve al margen.
Al otro día, nos levantamos a una hora prudente, después de un contundente y relajado desayuno armamos todo y partimos. Se veía que iba a ser un día soleado con algo de calor, por lo que había que estar "ojo al charqui" con la nieve derretida, que como jabón puede hacer resbalar a los incautos.
Peine
Y por fin llegamos
El antiguo objetivo se aleja imponente.
Peine
Y por fin llegamos
1 comment:
chaaaaaa vas a tener q dedicarte a terminarlo!!!!
falto la mejor parte!
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