Todo comienza el sábado 25 de Septiembre a eso de las 11:30 de la mañana cuando arribo victorioso (dormitando y babeado) a Chillán, para juntarme con mi amigo Jorge quien me tenía invitado a un poderoso almuerzo mientras esperábamos a Don Orange (Lucho) a que llegara de Linares, para luego juntarnos con la Xime (polola de Jorge) y partir a tierras angelinas a conquistar una de las mas hermosas cumbres de los Andes chilenos; el Volcán Antuco, en el corazón de la Reserva Natural Laguna del Laja.
Zarpamos en el hermano de Noble Bruto al rededor de las 14:00 luego de darnos varias vueltas por Chillán, llegando al rededor de las 17:00 a Antuco, específicamente al centro de ski. Nublado y amenazante partimos camino al campo base (sobre la última torre de la cancha) donde la noche nos alcanzó y nubes cubrían nuestro caminar, haciendo pasar por nuestras mentes todos los cuentos de terror donde la niebla estaba involucrada, a lo que solo quedaba la solución de blanquear la mente y seguir caminando. Repentinamente se despeja y las ganas de una buena foto nocturna con frontales alumbrando se hace irresistible...pero la inexperiencia y el apuro priman, y hacen que mi cámara se deslice custa abajo, haciéndome volver a subir dos torres nuevamente...que rico.
Zarpamos en el hermano de Noble Bruto al rededor de las 14:00 luego de darnos varias vueltas por Chillán, llegando al rededor de las 17:00 a Antuco, específicamente al centro de ski. Nublado y amenazante partimos camino al campo base (sobre la última torre de la cancha) donde la noche nos alcanzó y nubes cubrían nuestro caminar, haciendo pasar por nuestras mentes todos los cuentos de terror donde la niebla estaba involucrada, a lo que solo quedaba la solución de blanquear la mente y seguir caminando. Repentinamente se despeja y las ganas de una buena foto nocturna con frontales alumbrando se hace irresistible...pero la inexperiencia y el apuro priman, y hacen que mi cámara se deslice custa abajo, haciéndome volver a subir dos torres nuevamente...que rico.
Estacionamiento.
Cerro sin nombre al que llamamos cariñosamente Punta Beltrán.
Bis Punta Orange.
Una noche cubierta bastante amenazadora pero muy cómoda y cálida, dan paso a un hermoso y celeste día, perfecto para una hermosa cumbre.
Preparando la salida.Paisaje matutino (click)
Y comienza la caminata, una hora mas tarde de lo presupuestado pero sin afectar el resultado.
Sierra Velluda despierta ante nuestros ojos.
Y los Nevados de Chillán se tiñen de rojo.
Luis reposa ante la belleza de la creación.
(Click)
Los nevados nos vigilan en nuestro ascenso.
Jorge y Xime salen mas tarde por asuntos de crampones.
La pendiente se hace mas pronunciada, y algunos se encordan, otros solo engordan...jijiji.
A lo lejos, los mas avanzados zigzaguean hacia el objetivo.
Andrés y su cordada progresan lenta pero constantemente.
Ya queda poco (click)
A solo unos 30 minutos de la cumbre, el viento golpea con fuerza al igual que el ansia de llegar, lo que hace caer en el error de apurar el paso y agotar las ya diezmadas fuerzas.
Son las 11:05 de la mañana y llegamos a la cumbre, un viento impresionante, solo comparable al de los peores de la Patagonia intenta exitosamente detenernos o simplemente botarnos, pero no es excusa para dejar de disfrutar el paisaje y emocionarnos con la belleza de la creación.
Cumbre carajo!!! a todo viento pero cumbre!!!!
Gases revolotean a nuestro alrededor, arremolinados en el crater del volcán.
Inmensidad que nos hace comprender lo pequeños e insignificantes que somos.
Vista desde la cumbre hacia el norte (click)
No me quise aventurar a fotografiar la parte sur debido al fuerte viento imperante, la idea no era caerse después de todo ;)
Organismos extremófilos.
Cruz en memoria a los héroes de Antuco.
Héroes de Antuco.
Sierra Velluda vigila a quienes honran a los mártires.
Y como es costumbre...siempre la cordillera se lleva su parte, en ésta ocasión un cramponazo rasga mi polaina y con ello mi corazón y bolsillo :(. En otras palabras; "
El viento se intensifica cuando arriban Jorge, Xime y los otros amigos del CAN, nosotros, decidimos bajar antes debido a lo lento que sería el peligroso regreso ya que la nieve otrora "blanda" era ahora hielo consolidado, y nos hacía caminar con las piernas tembleques y con un piolet que solo se clavaba insipientemente. Tomo la sabia desición de guardar mi cámara y solo fotografío el gran volcán desde el campo base, nadie quiere que el autor resbale por la gélida ladera por culpa de una pérdida de equilibrio o de una borrazca mientras toma fotos verdad?...verdad? (me imagino que están de acuerdo).
Levantado el campo base, salimos hacia el estacionamiento, hundiéndonos y resbalándonos en nieve que parecía granizado de piña (que rico...granizado de piña) y pero a porrazos y humillaciones (porque yo iba con raquetas (pésima desición)) logramos llegar sanos y salvos a los coches, donde nos esperaba la foto de cumbre a la entrada de la reserva y una fallida visita a la Laguna del Laja, la que nunca se concretó. Para la otra será.
Foto de cumbre; de izquierda a derecha: Roberto, Alexis, Carlos, Orange (Lucho), Javier, Marlén, Autor, Cote, Don Nelson, Jorge, Xime.
Al lado derecho del letrero: Helen, Cesar, Sonia, Andrés (doble de Pablo), Guillermo.
Tras la cámara: Pablo (doble de Andrés)
(© Ximena Quintana 2010)
Desde la cumbre.
-.FIN.-
Luego de un año y medio de haber llegado a la cumbre de un cerro y de varios intentos fallidos y frustrantes, logro conquistar una cumbre y emocionarme con lo grandes y pequeños que podemos llegar a ser, por nuestros actos y por nuestra existencia respectivamente.
El Autor